martes, 5 de junio de 2007

Ver en la Oscuridad


Por Mariana Piccinini y María Torreche

Acceso Ya entrevistó al Grupo Ojcuro en el Centro Cultural Konex para que nos contara la experiencia del Teatro Ciego. Desde hace seis años interpretan la obra teatral “La Isla Desierta”, de Roberto Arlt, en un escenario sumergido en la ausencia total de luz. Esta técnica que recrea la completa oscuridad invita al espectador a transitar solamente por sus sensaciones olfativas, táctiles y auditivas.

"La Isla Desierta" toma escena en una oficina. Empleados acostumbrados a trabajar en un sótano oscuro comienzan a ser menos eficientes cuando se mudan a un piso enmarcado por ventanas que dan al Puerto de Buenos Aires. La luz, los sonidos y en especial el ruido de los buques viajeros logran despertar en los trabajadores la imaginación adormecida por el trabajo automatizado. Cipriano, el personaje principal, a través de sus tatuajes cuenta las anécdotas de sus viajes por el mundo y revive junto con los empleados aquellos momentos gloriosos al punto que el encierro se hace insoportable.


¿Cómo surgió la idea de hacer “La Isla Desierta”?

Gerardo Bentatti: Yo soy Cipriano en la obra. Y también soy el director general, y bueno aparte tengo a cargo la producción general del espectáculo. La idea surgió a partir de otra experiencia en la oscuridad, nosotros empezamos con una búsqueda de obras que se podían hacer aquí en Argentina, y José Menchaca (que es el director) eligió esta hermosa pieza de Roberto Arlt, que se llama “La isla desierta”. Así que bueno, en la búsqueda de los actores nosotros (por una idea de José también) decidimos buscar entre la gente con discapacidad visual. Entonces fuimos a la Biblioteca Argentina de Braile, donde presentamos el proyecto y la gente se sintió interesada. Así que comenzamos los ensayos, allá por el 2000. Ensayamos como un año y dos meses buscando los efectos especiales que llevan a la gente a construir una escenografía y que varía según el espectador. Podemos decir que es una escenografía variable.

José Menchaca (director): Redondeando lo que dice Gerardo, el espectáculo es en la oscuridad total y absoluta. Nadie ve nada. Los espectadores son ingresados por los mismos actores a un lugar totalmente a oscuras. No te ves ni la punta de la nariz, y por eso Gerardo decía lo de la escenografía. Lo que nosotros llamamos escenografía sonora. Con determinados objetos situamos al espectador (en el caso de “La isla Desierta” es una oficina y otros lugares), pero todo con sonidos, entonces hay mucha maquinaria que fabricamos nosotros y accionan los actores en el mismo espectáculo.

¿Cuáles fueron los mayores obstáculos?


José Menchaca: El primer inconveniente fue encontrar actores ciegos. No había. Los lugares que trabajan con gente ciega a veces son un poquito recelosos. Nos cerraban las puertas porque no entendían bien cuál era nuestra propuesta. Pero gracias a dios encontramos a un chico de la “Biblioteca Argentina para ciegos”, y nos abrieron las puertas y ahí encontramos una recepción realmente maravillosa. Un montón de actores se prendieron, que no eran actores, que eran un poquito vocacionales, que habían hecho teatro leído o semi-montado en algunos casos, y otros que directamente no eran actores. Cuando encontramos a los actores ciegos la idea fue trabajar con la idea de otro teatro. Un teatro en la oscuridad, donde nadie ve, entonces esto de manejar objetos mientras uno dice un texto es difícil, porque es como disociar el cuerpo. Por un lado uno está diciendo un texto de amor, o de bronca, o de lo que sea, y por otro lado su cuerpo no está diciendo eso. Primero ensayamos con los actores ciegos. Después incorporamos a los actores que veían, porque parte del elenco es gente que ve. A los actores que veían les vendábamos los ojos para que se adapten, y Gerardo y yo pudiéramos ver los movimientos y hacer marcaciones y demás. Y ya en una tercera etapa apagamos la luz y nadie vio nada. Y todo salió bárbaro.

Nos llamó la atención cómo logran recrear los espacios a través de los olores, los sonidos…

José Menchaca: Nosotros trabajamos no sólo con sonidos, sino también con olores, con sensaciones táctiles. Con respecto al espacio, trabajamos alrededor del espectador, estamos adelante, atrás, al costado, adelante. Lo invadimos por todos lados y eso hace lo mágico de esta experiencia. Como decía Gerardo, cada uno construye en su cabeza su propia “Isla desierta”. Y por supuesto los actores también han trabajado en esto de proponer. Entre todos hemos ido buscando.

Juan (actor): Yo trabajaba en un lugar de catación. Entonces la idea fue traer distintas esencias y olores, e ir probando si sirven o no. Porque hay cosas que obviamente no se pueden traer.

¿Cuál ha sido la recepción del público?


Marcelo Gianmmarco (actor): Escuchás conjeturas de la gente y te causan mucha gracia. “Cómo harán esto”, “Cómo harán lo otro”. Cosas que a veces nada que ver. Cosas muy raras, muy locas que la gente se imagina.


Mirna Gamarra (actriz): Algunos piensan que tenemos anteojos mágicos para ver en la oscuridad. Otros sienten que están en el borde de una pileta


Marcelo: La oscuridad genera tanta libertad que a veces escuchás que la chica le dice al chico “abrazame”. Está bueno eso. O a veces escuchás que la gente se saca los zapatos. Y dicen “total, nadie me ve”.


Gerardo: En realidad, si lo racionalizás, la oscuridad te da libertad porque te quita la vigilancia que tenés sobre los otros y la que ejercen sobre vos los otros. No tenés que tener una postura, podés estar sentado arriba del otro, o con las piernas allá, los zapatos afuera, y nadie te va a ver.

¿Cuáles son los proyectos para el futuro?

Hace más de seis años que estamos con “La isla desierta”, pero pensamos seguir. Consideramos que nos vio muy poca gente.








2 comentarios:

Raquel Barbieri dijo...

¡Hola!

Encontré este sitio a través del blog de una amiga, y quiero decirles que yo presencié esta obra, y es una de las cosas que más he disfrutado en mi vida.
Salí completamente deleitada con la interpretación de ustedes, con los aromas y los sonidos: No había nada que hiciera falta ver porque todo estaba allí y en mi mente.

Me alegra mucho tener la posibilidad de expresarlo acá.

Muchos saludos y felicitaciones,

Raquel:)

maría dijo...

Hola Raquel! Gracias por compartir tu experiencia, y bienvenida al blog!
Esperamos poder seguir difundiendo este tipo de eventos, que logran fusionar el arte y la discapacidad, generando un espacio creativo y expresivo.
Saludos!