martes, 31 de julio de 2007

Crónica de una rampa


Ficha Personal
- Emmanuel Martinez
- Edad: 28 años
- Trabaja en la Fundación Argentina para Personas Especiales –FUARPE-

Fundación Fuarpe nació en 1998 más que nada promoviendo todo lo que era el turismo adaptado en Argentina. Y hace unos 4 años atrás nace Vida Independiente, que es un órgano que depende directamente de la Fundación, y en el cual se dictan cursos generalmente cada dos meses acá y en otros países.


Por Mariana Piccinini y María Torreche

“Yo estoy terminando los estudios secundarios. En otros momentos y por diferentes motivos, no los pude terminar.
La escuela tiene una fachada histórica, el edificio tiene más de 100 años, y además tiene una escalera de unos siete u ocho escalones bastante empinada. A mi me tenían que subir, y a su vez, los escalones tienen un filo de metal y me daba mucho miedo que me levanten. Yo soy prácticamente la primera persona que va con silla de ruedas al colegio. En un momento hubo otra persona pero le habían puesto como un tablón y el hecho de que por ahí no estén familiarizados con la silla y demás… a uno le da miedo caerse, y lastimarse.” El que habla es Emmanuel Martinez, durante una entrevista concedida a Acceso Ya acerca de la accesibilidad en una escuela de Merlo.

¿Cómo iniciaste tu reclamo?

Comencé peleando por el tema de la rampa. Había presentado una nota por el tema de la accesibilidad. Bueno, además tenemos una compañera que está embarazada, otro chico que está con muletas y estoy yo. Para nosotros se destinó una división en planta baja, pero en la parte del acceso al baño hay un escalón bastante pronunciado y para llegar al centro de copiado, también hay un escalón más o menos del mismo tamaño.
Yo simplemente estaba reclamando la rampa. Y desde Acceso Ya, me ayudaron en mi reclamo ya que elaboraron una carta en la cual también se solicitaba la construcción de la rampa. Y hoy, puedo decir con una enorme alegría que la rampa ya está terminada, lista para ser usada.

¿Cuánto tiempo pasó desde el primer reclamo hasta la construcción efectiva de la rampa?

Desde que yo empecé pasaron alrededor de 3 meses. Me habían dicho que había un presupuesto para ejecutar refacciones en el colegio y que estaba contemplada la construcción de la rampa, a lo cual comenzaron haciendo diferentes reformas y otras refacciones en el edificio pero no con el tema de la rampa. Después de venir a Acceso Ya, hacer la carta, presentarla y demás, fue todo muchísimo más rápido.

¿Cómo te desenvolvés en tu vida cotidiana?

Yo me levanto, hago las cosas de la casa, voy al trabajo. Tuve la posibilidad hace muy poco de comprarme un vehículo. Eso facilita mucho más todo el tema del viaje y demás. Yo venía desde muy lejos por lo que me tenía que tomar un remise, después tenía que tomar un tren -y el andén tampoco estaba adaptado-, y finalmente un taxi. Para esto yo tenía que moverme con una compañía. Esa era la odisea para llegar a casa. Y allá en Merlo iba “remando” porque me quedaba relativamente cerca, unas 20-25 cuadras. Hace muy poco también ampliaron el radio de la construcción de rampas en lo que son las avenidas principales del distrito pero las demás esquinas no tienen.

O sea que tu movilidad más independiente la adquirís a partir de un auto…

Digamos que sí. Sino, bueno es ir por la calle … un poco las actividades que lleva a cabo la Fundación en la que estoy es la superación de las distintas barreras arquitectónicas, los obstáculos que se pueden encontrar en la vía pública, eso me ayuda muchísimo a desenvolverme en la vida cotidiana.

¿Cómo definirías la discapacidad y cómo describirías a nuestra ciudad?

Antes que nada, nosotros no somos discapacitados. Antes que discapacitados somos personas, porque nosotros decimos que somos personas con discapacidad y no discapacitados. En resumidas cuentas, la discapacidad es una alteración funcional permanente o prolongada de alguna función que le permite a la persona moverse o desarrollarse tanto sea en el ámbito laboral o familiar.
Con respecto a todo lo que es el tema de la urbanización y demás, estamos bastante atrasados, si bien se están haciendo obras que están facilitando un poco la deambulación de las personas con discapacidad por la calle, no alcanzan a cubrir la demanda de las personas con discapacidad para sentirse un poco más incluidas dentro de la comunidad. De todas maneras, convengamos que la accesibilidad no es solamente una rampa sino también los medios de transporte, tanto los públicos como privados.
¿Cuál creés que es la visión de la gente en general hacia las personas con discapacidad?

El común de la gente las tiene como personas que no pueden producir, que no pueden trabajar, que no pueden valerse por sí mismo, que no pueden mantener una familia, que no pueden manejar. Y lo importante es que sí pueden hacer todas esas cosas. Simplemente es un prejuicio que tiene el común de la sociedad porque no han tenido una relación con una persona con discapacidad.


Entonces podemos decir que en el sentido común se asocia a la discapacidad con la pasividad. ¿En general las personas con discapacidad denuncian y luchan por sus derechos?

En un comienzo yo te diría que gran parte de las personas que adquieren algún tipo de discapacidad en algún transcurso de su vida, al haber vivido de otra forma, le da mucho miedo salir a la calle. Hasta que estas personas rompen esa barrera del miedo, pasa mucho tiempo. De hecho, muchas de las personas que adquieren una discapacidad, en un primer momento, la familia incurre en una sobreprotección muy grande lo cual hace que uno comience también a sentirse un poco más cómodo dentro del hogar y dentro de su círculo familiar. Una vez superado este miedo de comenzar a salir, uno se empieza a encontrar con todas estas barreras arquitectónicas y con todos los obstáculos y eso empieza a frustrar mucho más a la persona porque no va a poder volver a ser independiente y eso también trae una carga emocional por tener que pedir ayuda simplemente para salir a la otra cuadra para comprar algo en el quiosco.
Con respecto al tema de las denuncias, por lo general no hay una actitud de confrontación ni tampoco de denuncia, más que nada por un tema de ignorancia (ignorancia en el buen sentido), de no saber a quién recurrir para hacer valer sus derechos. Pero sí conozco también un grupo grande de personas que sí luchan por sus derechos y porque las cosas cambien. Y eso en realidad es el primer paso para la integración, saber nuestros derechos y poder luchar por ellos.

Pasa un poco también por el miedo por no saber cómo tratar al otro o cómo ayudarlo sin que se sienta mal…

Exactamente. Décadas atrás todos sabemos que acá en la Argentina hubo una epidemia muy grande de poliomielitis, y esa sí era una enfermad transmisible. Muchas personas mayores han quedado con esa idea de que la discapacidad es contagiosa. También suele pasar que hay muchas personas que están en la vía pública que te quieren ayudar y no saben cómo y no se animan a preguntarte porque piensan que te vas a ofender entonces siguen de largo. Pero siempre hay alguien que te pregunta si necesitás ayuda. Hay de los dos. Lo ideal es no generalizar.


Muchas veces uno se pregunta acerca de su cotidianeidad, más allá de la problemática de las barreras arquitectónicas. Por ejemplo, cómo son sus relaciones afectivas.

Completamente normal como lo encara cualquier persona convencional. Obviamente que hay muchas cosas que también dependen de la personalidad de cada uno. Pero yo tengo novia, estoy conviviendo, ella no tiene ningún tipo de discapacidad. No hay ningún problema. Con respecto a la sexualidad también es como antes, si bien hay muchos miedos y muchos tabúes, una vez que una persona adquiere una discapacidad, con respecto al cambio del cuerpo y de las sensaciones y de las emociones que por ahí sí pueden afectar. Pero bueno, eso es un trabajo que hay que hacerlo...




lunes, 30 de julio de 2007

Amar lo que se hace


Por Mariana Piccinini y María Torreche
Viernes 27 de julio. El reloj está a punto de marcar las 19 hs. Ellos, sentados alrededor de la mesa, y mirando hacia el micrófono, se abrazan –como si estuviesen haciendo un típico scrown de rugby- y alzan su voz para decir: ¡Amamos lo que hacemos! Así termina el programa de radio “Un poco más”, que se emite todos los viernes por FM Patricios (95.5 Mhz) de 18 a 19 hs.


“Un poco más” es un taller de radio vocacional que se propone como objetivo generar un espacio para la integración y difusión de ideas. Este proyecto comunicacional abre sus puertas para que chicos con discapacidad mental puedan desempeñarse en el ámbito profesional periodístico, y de ese modo prepararse para el futuro laboral.


Junto a la cálida voz de Raúl Peloni y la labor en producción de Ariel Peloni, los columnistas - Erica Schenk, Julián Caporale, Rogelio Guillochon, Facundo De Victor, y Axel – hacen un poco más para que los oyentes puedan disfrutar de toda la información de actualidad, deportes, entretenimientos, música, entrevistas, y juegos. Cada uno, desde su lugar, desde sus propias posibilidades, se anima a poner en práctica el oficio de periodista, sin olvidar nunca el buen humor.


Para Julián Caporale, columnista, la experiencia de participar de “Un poco más” es única, ya que le permite experimentar todo lo que aprende en la Escuela Deportea – la cual cede becas para que muchos chicos puedan tener un espacio de aprendizaje en el ámbito del periodismo-.


Consultado por Acceso ya, Raúl Peloni sostuvo que “construir vínculos entre distintas organizaciones y colectivos sociales es un paso fundamental para difundir el trabajo social y comunitario que desarrollan distintas fundaciones” y además agregó que “los distintos tipos de discapacidad no pueden ser compartimentos estancos, sino que debe haber una permanente comunicación”.